Las cosas que mi abuelita me enseñó

Las cosas que mi abuelita me enseñó, que no quiero olvidar y poder trasmitir a quienes vienen después de mi.

lunes, 26 de enero de 2015

Ensalada de Col

(como la de ese restaurante de pollo crujiente famoso...pero más rica)


Algo bueno heredé de mi abuelita: probar nuevas recetas. Y aunque ella las buscaba en revistas de cocina y mi método es el internet, hago lo que ella: la pruebo, si me gusta, la anoto en mi recetario con lo respectivos cambios que me han funcionado.
La verdad no recuerdo bien si a ella le gustaba esta ensalada en particular, le gustaba el pollo al que acompaña usualmente, eso si. Pero como a mi esposo le encanta esta ensalada, la probé y nos encantó. Y ahora la comparto con ustedes para que puedan enamorarse de ella también.
Así que aquí vamos: ensalada de col.

Ingredientes:


1tz. Mayonesa
1/2 tz crema agria
1 cucharada de azúcar
1/4 tz.leche
2 cucharadas de vinagre blanco
Sal y pimienta al gusto.
4 taza de col rallada o picada finamente
3-4 zanahorias igualmente picadas.
1 limón.

Utensilios:
Rayador de verduras.
Tabla de picar.
Cuchillo
Tazón mediano
Tenedor
batidor de mano (yo le digo globo)

Procedimiento:

Se coloca en el tazón la mayonesa con la leche, crema, vinagre, sal, pimienta y unas gotas de limón. Se incorpora bien con el batidor de mano o globo, hasta que quede bien integrado y cremoso.
Por otro lado, se lava bien la col y zanahorias. Una vez desinfectadas y picadas lo más finamente posible (claro, esto depende del gusto de cada quien), se va agregando en el tazón al aderezo y se va incorporando bien. Se deja reposar en el refrigerador, por al menos 30 minutos. Y está lista para servirse!

La verdad, a mi me sabe mejor al día siguiente, entre más se deje reposar, mejor sabor adquiere la col.
Deja un comentario si la probaste diciéndome que te pareció.

sábado, 3 de enero de 2015

El espíritu del hombre es eterno.

 
Hoy es mi primer cumpleaños sin la llamada tan esperada, su voz a la distancia cantando dulcemente "las mañanitas". He intentado animarme con la presencia y amor de los que me rodean, pero aunque me considero amada; siento un pequeño vacío donde residen los momentos que compartí con mi abuelita.
Quisiera explicar el porque escogí el titulo de este blog. Una de mis escrituras favoritas, describe la excelente educación y ejemplo que mostraron madres hacia un grupo de jóvenes guerreros.

"hasta entonces nunca habían combatido; no obstante, no temían la muerte, y estimaban más la libertad de sus padres que sus propias veas; si, sus madres les habían enseñado que si no dudaban, Dios los librería. Y me repitieron las palabras de sus madres, diciendo: No dudamos que nuestras madres lo sabían" Alma 56:47-48 El Libro de Mormón.
 
 
Y así es mi abuelita, una madre que inculcó en sus hijos ese valor y fe, valentía y esperanza. Y me considero afortunada de haber tenido su influencia en mi vida, al grado que esa misa esperanza sembró en mi. Por ello me es difícil, seguir adelante sin su consejo. Aún sigo buscándolo. Porque realidad, no importaba la circunstancia, yo no dudaba que "abuelita lo sabía".
su influencia es tan profunda en mí, que aun creo verla y escucharla.

La veo en el cabello emblanquecido de aquellos que con sabiduría han llegado a esa edad dorada, donde todo parece ser mas claro.
La veo en la alegría con que las personas mayores bailan canciones sin importar quien les ve.
La veo y la siento en cada receta que me enseñó a hacer. Aun en aquellas que no aprobaba, por no ser tradicionales. Mi abuelita era en muchos aspectos muy tradicional.
La veo en cada experiencia nueva que tengo y deseo compartir con ella, deseando que ella tenga algo que compartir conmigo. Aún reírse de mis "locuras".
La veo en cada partida de personas que aunque no muy cercanas a mi, me hacen pensar en ese momento que no pude compartir con ella:  su partida de esta esfera mortal. Aun no comprendo porque uno debería de ver partir a sus abuelitos....me sigue pareciendo algo muy difícil de superar. La vida y el Padre Eterno, por razones más allá de nuestro entendimiento, permite que tengamos a seres maravillosos que guían e iluminan nuestra vida y luego nos permite aprender a seguir adelante sin su luz iluminándonos cada día.
La veo en cada himno que le gustaba entonar, imagino su voz cantándome en las noches cuando no puedo dormir. Tenía la voz de un ángel y la risa de un niño.
La veo en las abuelitas compasivas que enseñan a sus nietos a ser mejores, que en vez de consentirlos, les enseñan a trabajar por obtener lo que desean. Así era ella conmigo!
La pienso cada vez que alguna pena me aqueja y necesito algún consejo o solo que alguien me escuche y se ría de mis aventuras.
La invoco cada que necesito sabiduría, ya sea para los problemas que me presenta la vida...o la cocina.
Han pasado 10 meses y aun la pérdida parece tan cercana. Yo creía que el tiempo sana las heridas, tal vez sea así, la verdad es que la pérdida de una persona no deja una herida, sino un vacío y esos vacíos con el tiempo no se pueden llenar.
Sin embargo albergó la esperanza y la fe de reunirme un día con ella. De contarle todo lo que ahora ella no puede compartir conmigo. Sé que así como nuestra relación de abuelita-nieta es eterna, lo es nuestro espíritu y hemos de reunirnos de manera gloriosa y celebrar todos los cumpleaños faltantes, compartiremos todas las recetas pendientes y reiremos todas las aventuras nuevas que en este tiempo a cada una nos toca experimentar en nuestra esfera respectiva.